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MADRID, MADRID, Spain
Apasionado de la fotografía, escritura, música, arte, deporte, cocina, vino, pesca, caza, campo y toros. Español por los cuatro costados. Olé

viernes, agosto 31, 2007

SIERRA BRAVA


Sierra Brava es un embalse cacereño que se inauguró en 1996, y sus aguas albergan una de las mejores poblaciones de black bass (Micropterus salmoides) de toda España, aún sufriendo una presión de pesca muy fuerte. El embalse se encuentra entre las localidades de Zorita y Madrigalejo, y tiene infinidad de obstáculos sumergidos –entre ellos, encinas y chaparreras- que suponen un excelente refugio y cazadero para esta especie alóctona. No es extraño pescar ejemplares de dos kilos con relativa frecuencia, y la talla máxima del black bass en Sierra Brava sobrepasa con creces los tres kilos. Sierra Brava es coto de pesca consorciado entre la Junta de Extremadura y la Sociedad de Pescadores El Cachuelo, de Madrigalejo. Se necesita la licencia de pesca de Extremadura, así como un permiso que se expide en Madrigalejo. El cupo es de cinco ejemplares, pero la orden de vedas dicta que no hay talla ni cupo para esta especie, lo que no deja de ser chocante. La pesca con vadeador es imprescindible en estos primeros meses del año, cuando los mejores ejemplares de black bass atacan señuelos que se trabajan con técnicas de lance ligero o con sedal pesado. La navegación a motor está prohibida, salvo en casos excepcionales, y por ello la pesca es siempre desde orilla. Los lucios y las carpas, así como pequeños ciprínidos pueblan también las aguas de este paraíso cacereño. El entorno es realmente espectacular, y corresponde al típico paisaje de dehesa extremeña, donde abundan las encinas y el matorral bajo. En la imagen Paco Gonca, el mejor conocedor de Sierra Brava, con dos buenos black bass.

miércoles, agosto 29, 2007

ESCALES


Escales es un embalse que se enclava el la cuenca del río Noguera Ribagorzana, y cercano a la localidad leridana de Viella, en el Valle de Arán. El pasado 1 de marzo ha abierto la veda de la pesca de la trucha, y es un coto de pesca gestionado por la Sociedad de Pescadores de Pont de Suert (tf. 973 690 515), la cual expide los permisos. Sólo se permite la pesca con señuelos, y el cupo es de tres truchas por pescador y día, de tamaño superior a los 35 centímetros. La altitud a la que se encuentra Escales, y la dificultad para llegar a él, han conseguido que en sus aguas haya una buena población de truchas de muy buen porte. El coto se cierra el 31 de octubre, por ser considerado de alta montaña. Ahora se permite la navegación con motor en sus cristalinas aguas, lo que supone que el pescador que sea fino, puede hacer unas pescatas de antología, practicando la técnica de la pesca a la cacea con peces artificiales que imiten los escardinos y los alburnos que abundan en Escales. La pesca a lance ligero es ideal para tentar a las grandes truchas de Escales; pero las tardes de calor, pescando a mosca en superficie, son memorables. El entorno de Escales es perfecto para el pescador que guste de las rutas a caballo o a pie, la fotografía de naturaleza y el turismo rural, y que son actividades que se pueden practicar durante toda la temporada en la que Escales está abierto. En la imagen, un plano corto de un magnífico ejemplar de arcoiris pescado en Escales.

miércoles, agosto 01, 2007

PESCA SALVAJE, PESCA ESCASA


Llevo tiempo dándole vueltas a esta cuestión y, como en la caza –a la que por suerte o desgracia también soy aficionado-, llego siempre al mismo punto, del que me es imposible salir. El tema no es otro que el de la pesca salvaje. Aplíquenlo también los pescadores que sean cazadores en los mismos términos y verán que lo que les voy a contar tiene su importancia. Pocos sitios quedan en España donde practicar la pesca salvaje. Veamos. Si hablamos de truchas, parece ser que hay tantos cruces genéticos, que constituye una tarea de investigación profunda averiguar de qué cuna viene la trucha común que acaba de prender nuestra cucharilla, o se ha decidido por alguna de las moscas de nuestro aparejo de buldó. De truchas arcoiris y, menos aún, de salmones no les voy a hablar, porque "no está el horno para bollos". Pero, sigamos desgranando especies piscícolas deportivas, y verán cómo el panorama está teñido de unos tintes más bien oscuros. Lucios, en franca regresión. Las causas de su declive, además de en los tan manidos descastes, apuntan a la tremenda presión de pesca a la que se ha visto sometida esta especie en los últimos años, además de no tener una regulación en materia de cupos y periodos de veda. ¿Por qué este declive? Pues porque es un pez muy deportivo, grande,... y salvaje. Es decir, que muy pocas repoblaciones de lucio ha debido haber a medio y corto plazo, y puede ser considerada una especie más entre las autóctonas, pasados ya más de 50 años desde su introducción en las aguas españolas. En cuanto al black bass, más de lo mismo. Una presión de pesca muy fuerte -puesto que su deportividad y su componente salvaje son palpables-, y ausencia de periodos de veda, hasta que ha llegado el momento de intentar recuperar las ingentes y variadas poblaciones que hicieron de España un paraíso de esta magnífica especie deportiva que, como el lucio, bien se puede considerar autóctono. No les voy a aburrir repasando la actualidad de luciopercas, siluros, carpas, barbos, minitalla y demás especies que, año tras año, van descendiendo poco a poco en sus poblaciones y, en consecuencia, en calidad. Del mar, para qué hablar. Hace poco un amigo me llamó para contarme, casi con el corazón saliéndole por la boca, la mejor pescata que había hecho en el mar desde hacía años. Miles de pequeñas doradas que se habían escapado de una piscifactoría, y cuyo destino es la pescadería. Corrió la noticia como la espuma, y medio pueblo estaba pescando en la playa como locos. Qué quieren que les diga. Esto a mí, así, no me gusta. No sólo no me gusta, sino que me disgusta mucho. Frente a este horizonte tan negro, cabe preguntarse si no compensa más ahorrar todo el dinero gastado en una temporada, y emplearlo en un viaje de ensueño. De pesca salvaje, claro. Sin embargo, parece haber signos claros de que este problema que les describo, y que a muchos no nos coge de nuevas, está siendo tratado por distintos sectores relacionados con la pesca deportiva. En este sentido, hay que felicitar efusivamente, y entre otros agentes comprometidos, a distribuidoras de pesca que se han embarcado en la gran iniciativa de crear una fundación para recuperar ecosistemas fluviales primarios, y devolverles el prestigio y la dignidad perdidos. Así como a determinadas asociaciones de pescadores que están gestionando cotos de pesca consorciados, y en los que se aprecia no sólo el inmenso esfuerzo que durante años llevan realizando, sino el mantener como premisa principal el hecho de intentar reproducir, en una masa de agua en principio deteriorada, las condiciones más cercanas a la pesca salvaje. Por último, si hablamos de medios de comunicación especializados, ha habido un cambio claro a favor de la promoción de la captura y suelta en España, así como de los viajes de pesca al extranjero en busca, para variar, de pesca salvaje. Describo ahora el punto comentado al principio de estas líneas y es que, en mi opinión, la esencia de la pesca es la lucha entre la inteligencia del pez en su medio y del pescador en un medio ajeno. Y con peces que no son salvajes, esta lucha -vital para el pescador-, está vacía de contenido. Es decir, no hay rival. Y es que, pasado el tiempo en que muchos de los que formamos parte de este colectivo, tan peculiar como desunido, he dejado de pensar en capturar muchos peces al día como signo de diversión en la pesca, y ha llegado el momento de recuperar la pesca salvaje, a sabiendas que ésta va a seguir siendo escasa, porque somos muchos y porque va a costar recuperarla. Pero aún estamos a tiempo. Merece la pena, por los peces y, sobre todo, por nosotros. Por recuperar esa digna lucha entre inteligencias.