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MADRID, MADRID, Spain
Apasionado de la fotografía, escritura, música, arte, deporte, cocina, vino, pesca, caza, campo y toros. Español por los cuatro costados. Olé

miércoles, marzo 12, 2008

PUENTE QUINTOS


El Esla desemboca en el embalse de Ricobayo, en Zamora, y aquel enclave es comúnmente conocido como Puente Quintos, por el espectacular puente romano que une las dos laderas. Barbos y lucios cohabitan tanto en el río como en el embalse, y puede pescarse todo el año. Para ello, hay que llegar hasta Benavente, por la N-630, y a unos 14 kilómetros, hay un desvío que lleva a Tábara. Ello supone que el pescador aficionado a estas dos especies muy deportivas, puede llegarse a este precioso enclave, cuyo paisaje no deja de tener cierto halo misterioso. En primavera y otoño, la pesca del barbo a mosca atrae a cientos de aficionados que buscan emociones fuertes en Puente Quintos, puesto que las carreras de este poderoso ciprínido cuando se ve preso son dignas de ver y disfrutar. Ahora, en pleno invierno, la pesca del lucio depara no pocas sorpresas si se pesca con técnicas de pesca dinámicas, como son el lance ligero y la pesca a mosca. A lance ligero, los peces artificiales, los señuelos de vinilo y los spinnerbaits no deben faltar. Los colores de los señuelos han de ser de fantasía cuando las aguas del Esla se turbian, y naturales si bajan cristalinas. A mosca, las grandes moscas nadadoras de colores fuertes atraen al esócido con fuerza, y los ataques son memorables. Cerca de Puente Quintos, y de obligada visita, se encuentran las ruinas del Monasterio Cisterciense de Santa María, que data del siglo XI; así como las salinas de Villafáfila, que albergan la población de avutardas más numerosa del mundo. En la imagen, un lucio de Puente Quintos pescado con un cuchara ondulante.

martes, marzo 04, 2008

EL MARJAL DE XERACO


A 56 kilómetros de Valencia capital, en la comarca de La Safor, se encuentra Xeraco, una localidad famosa por su marjal, donde habita una de las mejores poblaciones de basses de España. Repleto de canales que lo surcan, en el marjal de Xeraco se impone la pesca con pequeñas embarcaciones a remo o con motor eléctrico. Con estas dos opciones es suficiente para poder desplazarnos por un entorno absolutamente idílico, y que es visitado por numerosos pescadores deportivos de toda España. Además, si se tiene afición por las aves acuáticas, el marjal de Xeraco es un paraíso sin par: somormujos, ardeidas, anátidas, rálidos y limícolas hacen las delicias del pescador que no sólo va a pescar black bass a este enclave. Relativo a las técnicas de pesca, el lance ligero con señuelos es el más efectivo, y la pesca con vinilos montados a estilo Texas, con el anzuelo dentro del cuerpo del señuelo, y pesos de tungsteno consiguen pescar muchos de estos depredadores alóctonos. En superficie, con ranas de vinilo sin plomar, las pescatas son de antología cuando los black bass están cazando estas presas fáciles. La pesca con jigs, anzuelos plomados recubiertos de flecos de goma, a los que se les añade un cangrejo de vinilo de colores similares, es todo un seguro en Xeraco, y las combinaciones de colores negro, azul, rojo, marrón y oliva son imprescindibles en las cajas del pescador. La gastronomía de la zona destaca por sus arroces –a banda, al horno y la zarzuela, así como los pimientos rellenos y la coca salada. En la imagen, un bonito ejemplar de black bass pescado a lance ligero en Xeraco.

lunes, marzo 03, 2008

BELESAR



El río Miño vierte sus aguas al embalse de Belesar, el cual se construyó en 1963, y en sus laderas se crían cepas de la Denominación de Origen Ribeira Sacra. Este embalse es todo un ejemplo de la diversidad de predadores, y el pescador aficionado que guste de la pesca con señuelos tiene ante sí un enclave realmente sobresaliente. Belesar alberga magníficas poblaciones de truchas y de black bass, así como de bogas -llamadas escalos en Galicia- y anguilas; y ello abre un amplio horizonte a todo aquel que guste de experimentar técnicas de pesca dinámicas. Belesar es navegable en toda su extensión, se puede afirmar que esta es una masa de agua cerrada llena de oportunidades de pesca. Tiene unos 40 kilómetros de extensión, y su orografía es de lo más variada. Hay acantilados, playas, zonas con mucha vegetación en las orillas y preciosas praderas. Si se pesca la trucha, el periodo hábil va del 19 de marzo al 15 de agosto, y no se pesca los lunes. La talla mínima es de 23 centímetros, y el cupo es de cinco ejemplares por pescador y día. El black bass se pesca todo el año, y la mejor época es el verano y el otoño, por aquello de su latitud septentrional, que retrasa su actividad. Las pescatas de esta especie alóctona son memorables, por cuanto su presión de pesca es muy poca, y las técnicas de pesca en superficie son todo un homenaje a la plasticidad, cuando el agua estalla por el ataque de este centrárquido a los señuelos que se le presenten adecuadamente. En la foto, un plano corto de una trucha de Belesar.