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MADRID, MADRID, Spain
Apasionado de la fotografía, escritura, música, arte, deporte, cocina, vino, pesca, caza, campo y toros. Español por los cuatro costados. Olé

lunes, septiembre 18, 2006

SEPTIEMBRE, MES DEL BASS


En septiembre, la pesca del black bass (Micropterus salmoides) se activa de nuevo, puesto que esta especie alóctona depredadora -importada de Estados Unidos e introducida en España a mediados de los años cincuenta del pasado siglo- retoma su instinto cazador para hacer acopio de reservas de cara a la llegada del invierno. La pesca en superficie es todo un espectáculo, y los ataques son de infarto, ya que el black bass hace estallar la superficie del agua al engullir el señuelo que se le presente en condiciones. Asimismo, pescar con peces artificiales de medias aguas y señuelos de vinilo pueden conseguir resultados sorprendentes, en cuanto a tamaño y peso de los ejemplares. En todo caso, y habida cuenta que una gran mayoría de los pescadores de este veleidoso pez, practica desde orilla, es recomendable ser sigiloso, y llevar ropa que no desentone con el entorno, de forma que podamos disimular nuestra silueta. El equipo ha de constar de una caña de 210 centímetros, con un carrete de tamaño 2500, al que se la añade línea de fluorocarbono de cinco kilos de resistencia. Una bien escogida selección de señuelos, las gafas polarizadas, chubasquero, móvil con batería cargada y la cámara de fotos son el resto del equipo que debe llevar consigo el pescador que vaya tras esta especie que, junto con el salmón, llega a desesperar al más tranquilo de los pescadores, y a buen seguro que es una de las causas por la que gana adeptos día a día. En la imagen, Joaquín Muñoz con un bass de primeros de septiembre, pescado con señuelo de superficie en un embalse del sur de España.

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